Mi camino
al bienestar superior

La misión de Séquoia Prévention

Como a menudo es mejor prevenir que curar, la misión de Séquoia Prévention es iluminarlo y apoyarlo en su camino al bienestar superior a través de un acompañamiento benevolente y con productos de excelente calidad.

Elegir la bondad

En este camino a veces sinuoso hacia el bienestar superior, el primer paso, sin dudas, es decidir mostrar bondad por uno mismo, elegirse. He dejado que esta bondad habite en mí. Actualmente, ser considerada y escuchar a las personas para comprender sus necesidades forma parte de mi filosofía de vida.

Mantener el equilibrio

El equilibrio es a veces inestable, pero esta esencialmente presente en cada uno de nosotros. Debemos mantenerlo cada día para que se transforme en un terreno fértil para nuestro camino al bienestar superior. Por lo tanto, para mí, es primordial ofrecer herramientas que refuercen su protección contra aquello que podría debilitarlo.

Alcanzar la armonía

Cuando la armonía se revela, cruzamos un umbral, ya que abre las puertas a la vida, rica y plena, al mismo tiempo que la nutre. Mi vocación es honrar la vida y ayudar a alcanzar y mantener la armonía que le permitirá disfrutar de este bienestar superior y de gozar la vida, con salud.

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Una pared en el camino

Soy apasionada por la vida y estoy enamorada de ella. Madre de cinco hijos, también soy una empresaria comprometida que, a lo largo del tiempo, adquirí diferentes tipos de conocimientos. Proveniente de una familia multiétnica, tuve el privilegio de vivir en varios países, aprender cuatro idiomas y estar en contacto con diferentes culturas. Pero nada de ello me preparó para vivir lo que el futuro me tenía reservado.

Mis primeros problemas de salud comenzaron en abril de 2007, después del nacimiento de mi cuartoe hijo. Sufrí un accidente isquémico transitorio, que debilitó mucho mi salud y alteró varias de mis facultades. En agosto del mismo año, ya muy afectada, descubrí que tenía cáncer de mama. Diagnóstico: carcinoma triple negativo, muy agresivo.

Con solo 34 años, me enfrentaba a un pronóstico muy pesimista y una esperanza de vida muy reducida. Siguiendo las recomendaciones de mi médico, me operé dos veces y realicé siete sesiones de quimioterapia, seguidas de siete semanas de radioterapia.

Tras esta larga lucha llena de cirugías y tratamientos, fue devastador saber que nunca me dirían las palabras que esperaba con impaciencia: “¡Está curada!” Me sentía más muerta que viva... sin energías y con dolores atroces en todo el cuerpo. No me veía viviendo en ese estado con cuatro hijos menores de siete años.

Entonces comprendí que si no realizaba las elecciones correctas en mi vida, no vería crecer a mis hijos. Era vital para mí emprender un mejor camino. Fue allí que comencé lo que llamo “mi viaje a la curación”, en el cual cambié radicalmente mi manera de vivir y de cuidar mi salud. 

Cuando las puertas se abren

Este viaje a la curación fue tan difícil como extraordinario. Mirando hacia atrás, me doy cuenta de que el cáncer y los efectos de los tratamientos químicos fueron beneficiosos para mí, ya que se abrió una puerta hacia la oportunidad de transformar mi vida y evolucionar a otro nivel de conciencia. Estas pruebas cambiaron mi manera de ver la vida y mi enfoque en la salud. Me abrí a diferentes métodos naturales y me capacité en diferentes campos, como la nutriterapia y la aromaterapia. Desarrollé una conexión muy fuerte y muy especial con la vida, que me permitió realizar las elecciones acertadas para poder recuperar una salud tan buena como equilibrada.

El nacimiento de mi quinto hijo,e en 2015, fue un regalo de la vida, una prueba de que había vuelto a ella gracias a mis elecciones. Mi salud había recuperado el equilibrio necesario para crear una nueva vida, mientras que, según mi médico, otro embarazo era casi imposible para mí.

Sigo siendo muy entusiasta y apasionada, pero, actualmente, quiero honrar a la vida. Por encima de todo, siento un gran deseo de compartir mi experiencia y mis conocimientos para ayudar y acompañar a todos los que se encaminan hacia una mejor calidad de vida. Esto fue lo que hizo que mi empresa naciera.

Fortalecida por todas estas experiencias y enseñanzas que me permitieron estar aquí actualmente, quiero compartir con el mundo todo lo que me enseñó la vida y todos mis aprendizajes, para ayudar a todos a cuidar su árbol de la vida.

Tiene toda
mi atención

El acompañamiento que le ofrezco se basa principalmente en escuchar y compartir, en encuentros individuales y, a veces, en pequeños grupos. De su historia a la mía, y de la mía a la suya, nuestra conversación aportará luz al camino que debe de seguir para avanzar a su ritmo hacia el bienestar.
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